martes, 29 de julio de 2008
Dicroicas
Si nuestra parte preferida son las manos, el arte del disimulo está lejos de nosotros.
Marco pequeños zurcos sobre tu espalda con mis huellas digitales.
Me regalas escalofrios.
Te acaricio lentamente,
juego que te estoy viendo,
oliendo,
saboreando con la llema de mis dedos.
Recorro tus brazos, tu pecho.
Se cambia el ritmo.
Preferiria que no me toques, yo soy la que se encarga ahora de vos,
la que decide recorrerte y disfrutar de eso.
No dejo de observarte, me gusta saber tu expresion,
me encanta memorizarte, guardar para mi cada luz,
cada labio mordido,
cada mirada.
Y jugamos, deseamos,
nos sacamos hasta las ganas que nunca se cansan de vos,
nos llenamos el cuerpo de besos y risas,
en un estado de ensueño, palabras complicadas y dicroicas que algun dia se quemaran.
Y finalizamos como dos bebes despues de ser bien alimentados,
uno al lado del otro,
sabiendo que es mitad bienvenida, mitad despedida,
dejando un mundo y sus circustancias detras de la puerta cerrada que por ahora,
y por mucho tiempo mas,
preferiria no abrir.
Paulita-
pauuuliitaaa.blogspot.com
fotolog.com/pauuuliitaaa
Si, hoy no me tocaba, pero tenia ganas de actualizar esto debido a que tenia a mis marsopos un poco olvidados. Ahora, de vacaciones, vuelvo a tener vida social. Asi que mucho cuidado, Paulita's backkk
Marco pequeños zurcos sobre tu espalda con mis huellas digitales.
Me regalas escalofrios.
Te acaricio lentamente,
juego que te estoy viendo,
oliendo,
saboreando con la llema de mis dedos.
Recorro tus brazos, tu pecho.
Se cambia el ritmo.
Preferiria que no me toques, yo soy la que se encarga ahora de vos,
la que decide recorrerte y disfrutar de eso.
No dejo de observarte, me gusta saber tu expresion,
me encanta memorizarte, guardar para mi cada luz,
cada labio mordido,
cada mirada.
Y jugamos, deseamos,
nos sacamos hasta las ganas que nunca se cansan de vos,
nos llenamos el cuerpo de besos y risas,
en un estado de ensueño, palabras complicadas y dicroicas que algun dia se quemaran.
Y finalizamos como dos bebes despues de ser bien alimentados,
uno al lado del otro,
sabiendo que es mitad bienvenida, mitad despedida,
dejando un mundo y sus circustancias detras de la puerta cerrada que por ahora,
y por mucho tiempo mas,
preferiria no abrir.
Paulita-
pauuuliitaaa.blogspot.com
fotolog.com/pauuuliitaaa
Si, hoy no me tocaba, pero tenia ganas de actualizar esto debido a que tenia a mis marsopos un poco olvidados. Ahora, de vacaciones, vuelvo a tener vida social. Asi que mucho cuidado, Paulita's backkk
sábado, 26 de julio de 2008
No estoy solo

A veces ocurre que salgo a correr sin esfuerzo, siento que fluyo, me siento volar, me siento feliz. Siento que corriendo soy persona, pensamiento y sentimiento. Mis piernas se vacían, se llena mi espíritu y me inundo de paz. A veces ocurre que no estoy corriendo, sólo estoy soñando, soñando zancadas que en primavera florecen, en verano descansan, en otoño se escundan en nostalgia y en invierno abrigan ilusiones. A veces ocurre que estoy cansado y no puedo parar. Y a veces ocurre que estoy cansado y no puedos eguir.
Me corro entonces del camino, camino que debía ser llano y deviene tortuoso. Sendas con espinas que coartan e interrumpen mi marcha. Mi desazón avanza y yo retrocedo. Mis pasos se vuelven temerosos, mis movimientos torpes, mis pensamientos inseguros, mis sentimientos infelices.
Siento plomo en los pies, peso en los brazos, daño en el corazón, pesar en el alma. Tropiezo, el sol se oscurece y caigo al infierno. Me acosan los fantasmas, o yo los persigo. A veces se me ocurre que quiero salir corriendo del mundo, cerrar la puerta y tirar la llave.
Mientras escribo pienso en que busco compartir sensaciones sin ver a nadie enfrente, que hablo sin nadie que me conteste, pero ahora sé que cuando las cosas salen de muy adentro alguien las escucha y alguien más las siente.
Sé que nunca más volveré a estar solo. Sin pensarlo más, busco la llave, abro la puerta y vuelvo a entrar corriendo en el mundo........
Rubén/SparklingDarkEyes
viernes, 18 de julio de 2008
(...)!
Ella se miraba en el espejo, pero era un espejo de barro. Veía en su cara un pantano y árboles apesadumbrados sin intenciones de morirse ni nada por el estilo. Sólo contemplaba su cara que de repente era un parque de diversiones donde atendían su dentista, su manicura y su depiladora. Ella los saludaba afectuosamente y discutía con su hermano (que era parecido a un cuervo) sobre las andanzas de Patoruzú, las correrías de Patoruzito y los discos vinilos de su abuelo, que yacía en algún cementerio indio y que a los gritos le señalaba algo incomprensible para todos, pero ella sonreía porque entendía, entendía por qué su tía y su abuela se besaban apasionadamente en el jardín de infantes del beduino vende-baratijas y regaban los departamentos con leche en polvo y nata; sí, nata por todos lados! Lluvia de nata!, que le hacía recordar cuando era niñita y se tapaba totalmente con las frazadas fosforescentes porque advertía la presencia de dios que la espiaba; pero dios estaba representado como una enorme navaja con sombrero, con la cabeza de una mascota que ella lloró pero nunca tuvo, con el torso peludo de su padre y el sexo de su mejor amiga de la adolescencia. Al fin suspiró cuando los camellos la llevaron a la ferretería a comprar un minicomponente; a los camellos mucho no les importaba que ella fuera desnuda y con una solemne metralleta que luego se convertía en pasto, después en rocas, en bicicletas y finalmente en racimos de uvas devorados por su mascota que nunca tuvo pero que compró ayer para su bisabuela ya muerta por tercera vez. El vendedor de ropa la abrazaba y la consolaba, diciéndole que las ventanas finalmente cerrarían, que la ropa se podría lavar, y que su guitarra estaba bien, sólo era cuestión de tiempo; pero la guitarra ya estaba en Hungría junto con sus compañeritos de grado, y ella tenía que dar la lección sobre la invisibilidad de los peones del ajedrez, que la perseguían ferozmente y la alcanzaban….la alcanzaban, no podía correr más rápido..cuando la alcanzaron, tampoco podía luchar, estaba totalmente paralizada, quizás por ese murciélago que tomaba mate en la televisión de una casa en la que no estuvo jamás; ese murciélago que le recriminaba la muerte de sus hijos esa noche. Pero ella estaba demasiado húmeda y excitada como para pensar en unicornios y constelaciones. Sólo deseaba que el cuervo la penetrase de una vez por todas, y rápido!, porque llegaba tarde a su trabajo y se sentía cansada y deprimida porque el avión estaría, como siempre, con todos los asientos ocupados y era incómodo el compartimiento de equipajes; Desesperada, iba al baño del micro a maquillarse, y vió en el espejo su cara dormida y la figura de barro de la mascota que nunca lloró pero que siempre tuvo por suerte…
Milton
Milton
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jueves, 17 de julio de 2008
PASO EN LA ESTACION

-No eso no es una tormenta, a parte si lo fuera a la profundidad que estamos no se oiría, eso es la revolución viejo!- Dijo la señora del abrigo sabor a naftalina.
-Pero Rosa, desde el 55’ que no bombardean la plaza si no es una tormenta, será una manifestación o algo así- Dijo el viejito de los ojos grises
-Pero hace varias estaciones que se escucha desde Congreso que venimos así-
La chica del abrigo marrón se sacudió apenas en el asiento, no creía en los delirios persecutorios de la viejita pero, había algo en el aire que hacia rato la ponía incomoda, realmente aquel sonido, si es que acaso podía describírselo así, mas bien era un zumbido, una vibración perturbadora, significaba que algo pasaba en la selva de cemento pero qué exactamente…
Hacia varias estaciones que nadie de aquel vagón bajaba, el ruido se había vuelto insoportable, una de las mujeres le había improvisado a su hijo unos tapones con unos boletos de colectivo, mientras pensaba si habría sido mejor tomarse uno en vez del subte o tal vez no y le había salvado la vida.
Constitución estaba a dos estaciones, pero el ambiente del vagón estaba caldeado los hombres habían organizado: Un grupo de asalto, un escuadrón del alcantarillado, un ejército de liberación subterránea y una proveeduría.
El plan era simple fuese lo que fuese lo que estaba pasando arriba (llámese golpe de estado, revolución socialista, invasión extraterrestre o Apocalipsis) el bastión de resistance seria la estación Constitución, en primer lugar había que tomarla, lo demás se iría organizando con el tiempo, la educación del nene de los boletos estaría en manos de Rosa que antes de jubilarse era maestra de cuarto grado, la mama del nene y la chica del abrigo marrón se encargarían de la administración de los víveres que pudiesen conseguir de los locales de comida rápida y los quioscos a lo largo del subte, pero siempre en el anden; quien osara caminar hacia las escaleras para la superficie, seria ultimado por alguno de los comisionados para tal fin. Cuando el vagón comenzó a detenerse en Constitución todos se agolparon frente a la puerta del medio, los sonidos del subte parando, se mezclaron con los frenéticos latidos al unísono de nuestro héroes (quien cree que no lo son); finalmente el subte se detuvo, cautelosamente salio el viejito de los ojos grises, quien por ser el mas anciano de la trouppe, decidió ser el primer valiente en asomarse, cuando por fin después de sacar primero su gorra, por si hubiera francotiradores, alargo la calva cabeza:
-Nada che, todo normal-
-No podemos arriesgarnos, viejo-dijo Rosa apretándole el brazo
El nene no aguanto y salio corriendo, la cara destrozada de su madre hizo que uno de los hombres del escuadrón de alcantarillas saliera tras el chico, un grito ahogado de Rosa anunció lo peor…
-Mami no pasa nada… el circo, es el circo mami, el circo esta en la ciudad-
La madre comenzó a reírse a carcajadas la igual que la chica del abrigo y el de los ojos grises; Rosa al principio se sintió ofendida consigo misma pero después se prendió en la risa y tomando firme a su marido por el brazo salio cantando un tango.
Afuera una caravana circense jamás vista venia desde lejos haciendo rugir leones y sonar tambores, altoparlantes y payasos se reproducían por doquier, todos sonreían ahora en la superficie, todos reían libres y sin miedo eso ya no existía, eso se quedo en el vagón.
Las cosas desconcertantes pasan cuando uno empieza a creer en lo increíble…
-Pero Rosa, desde el 55’ que no bombardean la plaza si no es una tormenta, será una manifestación o algo así- Dijo el viejito de los ojos grises
-Pero hace varias estaciones que se escucha desde Congreso que venimos así-
La chica del abrigo marrón se sacudió apenas en el asiento, no creía en los delirios persecutorios de la viejita pero, había algo en el aire que hacia rato la ponía incomoda, realmente aquel sonido, si es que acaso podía describírselo así, mas bien era un zumbido, una vibración perturbadora, significaba que algo pasaba en la selva de cemento pero qué exactamente…
Hacia varias estaciones que nadie de aquel vagón bajaba, el ruido se había vuelto insoportable, una de las mujeres le había improvisado a su hijo unos tapones con unos boletos de colectivo, mientras pensaba si habría sido mejor tomarse uno en vez del subte o tal vez no y le había salvado la vida.
Constitución estaba a dos estaciones, pero el ambiente del vagón estaba caldeado los hombres habían organizado: Un grupo de asalto, un escuadrón del alcantarillado, un ejército de liberación subterránea y una proveeduría.
El plan era simple fuese lo que fuese lo que estaba pasando arriba (llámese golpe de estado, revolución socialista, invasión extraterrestre o Apocalipsis) el bastión de resistance seria la estación Constitución, en primer lugar había que tomarla, lo demás se iría organizando con el tiempo, la educación del nene de los boletos estaría en manos de Rosa que antes de jubilarse era maestra de cuarto grado, la mama del nene y la chica del abrigo marrón se encargarían de la administración de los víveres que pudiesen conseguir de los locales de comida rápida y los quioscos a lo largo del subte, pero siempre en el anden; quien osara caminar hacia las escaleras para la superficie, seria ultimado por alguno de los comisionados para tal fin. Cuando el vagón comenzó a detenerse en Constitución todos se agolparon frente a la puerta del medio, los sonidos del subte parando, se mezclaron con los frenéticos latidos al unísono de nuestro héroes (quien cree que no lo son); finalmente el subte se detuvo, cautelosamente salio el viejito de los ojos grises, quien por ser el mas anciano de la trouppe, decidió ser el primer valiente en asomarse, cuando por fin después de sacar primero su gorra, por si hubiera francotiradores, alargo la calva cabeza:
-Nada che, todo normal-
-No podemos arriesgarnos, viejo-dijo Rosa apretándole el brazo
El nene no aguanto y salio corriendo, la cara destrozada de su madre hizo que uno de los hombres del escuadrón de alcantarillas saliera tras el chico, un grito ahogado de Rosa anunció lo peor…
-Mami no pasa nada… el circo, es el circo mami, el circo esta en la ciudad-
La madre comenzó a reírse a carcajadas la igual que la chica del abrigo y el de los ojos grises; Rosa al principio se sintió ofendida consigo misma pero después se prendió en la risa y tomando firme a su marido por el brazo salio cantando un tango.
Afuera una caravana circense jamás vista venia desde lejos haciendo rugir leones y sonar tambores, altoparlantes y payasos se reproducían por doquier, todos sonreían ahora en la superficie, todos reían libres y sin miedo eso ya no existía, eso se quedo en el vagón.
Las cosas desconcertantes pasan cuando uno empieza a creer en lo increíble…
ANGELA
miércoles, 16 de julio de 2008
La 440
Ay que afinarce, no ce puede andar por la bida sin pegarle a una nota, es como vesar con los ojos aviertos. "me preguntan desde cuando escrivo?" e inbariavlemente respondo que nose, que si fuera capas de recordar fechas, recordaria compromisos, y esos compromisos me atarian a horarios, y los horarios a valores, y los valores a la bida, y que carajo se yo de la bida? No por fabor señora, no quiero regalos en mi cumpleaños porque son un dia menos, acaso no be que ciempre se resta? menos menos menos
entonces desia que ay que afinarce, y afiansarse, y enamorarse, ah! que plenitud la del amor a primera bista, amor de colectibo lleno, de camino al travajo, de te sonrio, me sonreis y no nos hablamos. Pero que tontos somos, porque aunque sea un segundo estamos enamorados, muy muy enamorados. Pero no, mejor no hablar de ciertas cosas; que canten los mudos y oigan los sordos, que pinten los mancos y contemplen los ciegos, que los niños crescan rapido y los biejos buelban con sus juegos inocentes, como agua de rio que no es de vever dejala correr.
nos estan biolando a todos con la biolencia de las calles, y bamos por alli vuscando alguien que nos avraze, nos mire y nos recuerdo que estamos tan bibos como el perro que pateamos, la baca que comemos, y el pajaro que desde el cielo nos apunta y pum nos mancha con su Vellisimo estiercol berde vlanco. y puteas y puteas, y pasa ella, y seguis pueteando. La puta no te das cuenta que se te ba otra bes?
como diria el viejo mas afinado del mundo, "solo el amor salvara al mundo"
***
(queridas/os marsopas, es mi primera vez por estos pagos, siento mucho las molestias, los abraza y sonrie mucho cuando lo hace, mauricio)
morizze
y.
martes, 15 de julio de 2008
Gritos ocasionales
Por intuición sabemos, sabemos el beso, el tiempo, el sentido. Pero qué problema, qué hermoso inconveniente se nos presenta cuando el saber intuitivo no responde las preguntas que nos aturden la existencia. El primer refugio al que acudimos, tal vez sea la incomoda duda, o el desconcierto. Ahh, con que ahora no sabe por qué vive, y cómo aprendió a besar, y cuándo el tiempo empezó a correr. Yo tampoco lo sé, y el saber intuitivo que tenía sobre esas cuestiones se movía por inercia, pero los primeros fracasos me quitaron ese rinconcito de inocencia. Y el rinconcito se llenó de libros, diccionarios, cartas póstumas, consejeros adrede, y ambiciones vanas. Claro, usted calcule, que yo un día me desperté, sin dejar de ser niño, y creyéndome un adulto, y qué catástrofe. Hubo una epidemia de tristezas, de besos no bien dados, de un tiempo sin medidas, y una vida sin sentido. Por suerte no dura mucho ese período, por una razón intuitiva seguí viviendo, y ocupándome de esas ocupaciones que le ocupan a uno el tiempo que desconoce.
Fíjese que curioso, ¿alguna vez conoció un loco? yo sospecho que este hombre era loco, aun sin saber bien en qué consiste eso de ser loco. Resumamos que era loco y punto. Y a mí que siempre me resultaron agradables las locuras ilustres como la de Don Quijote o Vang Gogh, me dio mucha curiosidad conocer sus motivos, no los motivos de la locura, esos son muy rebuscados e intangibles; hablo de los motivos sencillos y honestos que llaman inevitablemente la atención de un curioso como yo. ¿Acaso usted nunca se preguntó por qué y para qué estaba haciendo lo que estaba haciendo? Sin ir muy lejos ¿para qué o para quién escribo yo esto?
Cuestión que a mi me llamaban mucho la atención los motivos de éste loco. Imagínese qué tipos de ganas pueden movilizar a alguien de manera tan obtusa, para que despierte cada día y se diga: “hoy a las siete de la tarde tengo que ir a gritar a la plaza”. Y siempre que veía a este loco, tenía yo las insensatas ganas de preguntarle “¿qué lo trajo hasta aquí?”, no violentamente como suelo hacerlo; sino con simpatía y bastante envidia, porque no estaría mal detenerse unos minutos al día, cuando uno regresa del trabajo con broncas y líos pendulares, ponerse a gritar entre un montón de desconocidos.
No me diga que no le está dando intriga saber cuales eran los motivos que movilizaban a ese loco, para después acomodarlos en su rutina, y en cada vuelta del trabajo ponerse a gritar en una plaza, o en el colectivo, o en el subte si es muy tímido. ¿Y sabe que es lo malo de esta historia? Que nunca me animé a preguntarle, no por miedo a que me grite, sería después de todo, la opción más factible. No me animé porque esa tarde, yo estaba decidido a preguntarle, y cuando me aproximaba y veía a ese loco gritón y sonriente, me tomó por desprevenido una pregunta: ¿por qué preguntarle?
¿Y sabe qué? usted no me va a creer, pero después de la pregunta me invadió una angustia de esas que calan hondo, ante el hecho que yo mismo desconocía los motivos por los qué esa mañana había ido al trabajo. Usted dirá: porque debe tener que darle de comer a sus hijos, y si no va lo despiden, y sus hijos no tienen que comer. Bueno sí, es lógico, ¿es realmente para tanto? Pero no me detuve ahí: ¿por qué cuándo llegue a casa voy a encender el televisor? ¿para distraerme? ¿distraerme de qué? Y así sucesivamente hasta llegar a la conclusión que mis motivos eran tan inútiles como los del loco, y menos divertidos, y menos eficaces. Y no le sorprenda, no sea soberbio por un instante, le voy a contar que sus motivos, por más lógicos que parezcan, son tan estúpidos e inútiles como los míos y los de mí amigo el loco. Si no me cree, dése el lujo de conocer a un loco.
Ya sé, no me animé a hablarle, pero en cambio, junté coraje, inflé el pecho y me puse a gritar a su lado como un loco.
Atte. Manuel.
Fíjese que curioso, ¿alguna vez conoció un loco? yo sospecho que este hombre era loco, aun sin saber bien en qué consiste eso de ser loco. Resumamos que era loco y punto. Y a mí que siempre me resultaron agradables las locuras ilustres como la de Don Quijote o Vang Gogh, me dio mucha curiosidad conocer sus motivos, no los motivos de la locura, esos son muy rebuscados e intangibles; hablo de los motivos sencillos y honestos que llaman inevitablemente la atención de un curioso como yo. ¿Acaso usted nunca se preguntó por qué y para qué estaba haciendo lo que estaba haciendo? Sin ir muy lejos ¿para qué o para quién escribo yo esto?
Cuestión que a mi me llamaban mucho la atención los motivos de éste loco. Imagínese qué tipos de ganas pueden movilizar a alguien de manera tan obtusa, para que despierte cada día y se diga: “hoy a las siete de la tarde tengo que ir a gritar a la plaza”. Y siempre que veía a este loco, tenía yo las insensatas ganas de preguntarle “¿qué lo trajo hasta aquí?”, no violentamente como suelo hacerlo; sino con simpatía y bastante envidia, porque no estaría mal detenerse unos minutos al día, cuando uno regresa del trabajo con broncas y líos pendulares, ponerse a gritar entre un montón de desconocidos.
No me diga que no le está dando intriga saber cuales eran los motivos que movilizaban a ese loco, para después acomodarlos en su rutina, y en cada vuelta del trabajo ponerse a gritar en una plaza, o en el colectivo, o en el subte si es muy tímido. ¿Y sabe que es lo malo de esta historia? Que nunca me animé a preguntarle, no por miedo a que me grite, sería después de todo, la opción más factible. No me animé porque esa tarde, yo estaba decidido a preguntarle, y cuando me aproximaba y veía a ese loco gritón y sonriente, me tomó por desprevenido una pregunta: ¿por qué preguntarle?
¿Y sabe qué? usted no me va a creer, pero después de la pregunta me invadió una angustia de esas que calan hondo, ante el hecho que yo mismo desconocía los motivos por los qué esa mañana había ido al trabajo. Usted dirá: porque debe tener que darle de comer a sus hijos, y si no va lo despiden, y sus hijos no tienen que comer. Bueno sí, es lógico, ¿es realmente para tanto? Pero no me detuve ahí: ¿por qué cuándo llegue a casa voy a encender el televisor? ¿para distraerme? ¿distraerme de qué? Y así sucesivamente hasta llegar a la conclusión que mis motivos eran tan inútiles como los del loco, y menos divertidos, y menos eficaces. Y no le sorprenda, no sea soberbio por un instante, le voy a contar que sus motivos, por más lógicos que parezcan, son tan estúpidos e inútiles como los míos y los de mí amigo el loco. Si no me cree, dése el lujo de conocer a un loco.
Ya sé, no me animé a hablarle, pero en cambio, junté coraje, inflé el pecho y me puse a gritar a su lado como un loco.
Atte. Manuel.
lunes, 14 de julio de 2008

Desconfió de tu mirada de mar
sentada en grupas
de furiosas ráfagas
de premeditada calma,
con pliegues de corales
donde se esconden tus peces
de vientres púrpuras.
Desconfió de tus dientes
en pálida hilera,
cual balanza del bien y del mal
sopesan sonrisas a medio canto.
Pero hay un grillo
que canta escondido
suspiros desprendidos de los matorrales
entre tus cabellos de fuego
y me ahoga en los cavernosos
ríos de tu voluntad,
me guarda en los nidos de tus golondrinas,
y de a poco te matizas
en un negro rocío,
que humedece mi piel
como el dulce veneno
de la escolopendra.
lola
jueves, 10 de julio de 2008
Historias de Marsopas II

Hace años que me doy cuenta y no me importa, pero siempre se me viene a la mente que las marsopas solo eran letras y entre ellas se entendían y hablaban de oraciones, puntos letras y márgenes.
Cansada de que todo esto suceda, cansada de no entender en su mundo, ese mundo que el cual no hay puntos, ni comas, ni márgenes, sino que abundan números complejos, racionales, imaginarios, esta Marsopa se designo a emprender un viaje en cual "intentaría" querer a las letras, puntos y tildes sobre todo...
Empezó en el Parque Rivadavia (lugar recomendado por varias Marsopas, a las cuales había escuchado nombrar-) se destino a emprender vuelo (o nadar) entre tantos libros, hojas, frases, y demás cosas que solo las marsopas entenderían.
Esta Marsopa empieza por el lado contrario, opuesto, y casi perpendicular al la avenida Rivadavia (debería decir casi una secante más que opuesto)
-Buenas Tardes... quiero ser una marsopa... ¿cómo puedo empezar a serlo?
-Buenas tardes! Como ser una Marsopa?.. y podría empezar leyendo… ¿algún autor que te guste?, ¿Tipo de libro?...
-¿Tipo de Libro? no entiendo... a mi me gusta leer libros pero, tengo que ver si están los resultados (o sea última hoja) con el resultado y ver si llego con mis métodos a ese resultado...
- ¿última hoja? pero no hay libros así.
- no importa (dice sin comprender, o mejor dicho comprendiendo que no entendía del libro que decía y acostumbrada a leer) usted deme un libro con el cual empezar le pide.
- Bueno, mejor que empieces con un clásico (dice tratando de entender lo de la última hoja)
- gracias! muchas gracias! (muy contenta la cusi-marsopa)
Poco a poco iría descubriendo que el arte de ser Marsopa era muy difícil, ya que en su hogar no se compartía el arte de ser Marsopa como así tampoco en el trabajo y el estudio no se lo permitía. Un día sentada en el colectivo la cuasi-Marsopa saca el libro que gentilmente le recomendó el puestero y empieza a leer tratando de no hacer lo que siempre hace con todos los libros que había leído la marsopa. Siendo así, empieza por el la primera hoja, y prosigue con la segunda, la tercera, la cuarta.... cansada de leer no lo soporta más y lee la ultima página y lee el titulo: Romeo y Julieta (suspira) y cierra el libro que gentilmente le recomendó el puestero.
Un día la cuasi-Marsopa se acerca al puestero:
- Buenas Tardes.
- Buenas Tardes, viene a buscar otro libro para ser Marsopa, ¿le recomiendo otro?
- Vengo a buscar otro libro, pero esta vez elegiré yo, a mi método de la última hoja.
- ¿la última hoja?
- si, mi método... por cierto, le devuelvo el libro que me recomendó ya que no lo termine y no lo seguiré, si gusta puede dárselo a otra persona que quiera ser marsopa.
- (cara de atónito)
La cuasi-Marsopa empezó a buscar libro por libro, a leer las últimas hojas de cada libro encontrando frases como: "y así concluyo", "y todo termino"," y finalmente termino", "colorín colorado" cansada la cuasi-marsopa de buscar y buscar encuentra un libro que la ultima hoja dice:
-Esperá que termine el pitillo.
(-123)
y pregunta a que se debe eso, y el puestero dice que es un libro en el cual no tiene ni principio ni fin. La Marsopa lo asocia rápidamente con los números y no comprende, y vuelve a preguntar y escucha la misma respuesta...
No se sabe si es o no una Marsopa, pero lo que se sabe es que no volverá a leer Romeo y Julieta, y que sigue con su método de escoger los libros.
Gianine
Cansada de que todo esto suceda, cansada de no entender en su mundo, ese mundo que el cual no hay puntos, ni comas, ni márgenes, sino que abundan números complejos, racionales, imaginarios, esta Marsopa se designo a emprender un viaje en cual "intentaría" querer a las letras, puntos y tildes sobre todo...
Empezó en el Parque Rivadavia (lugar recomendado por varias Marsopas, a las cuales había escuchado nombrar-) se destino a emprender vuelo (o nadar) entre tantos libros, hojas, frases, y demás cosas que solo las marsopas entenderían.
Esta Marsopa empieza por el lado contrario, opuesto, y casi perpendicular al la avenida Rivadavia (debería decir casi una secante más que opuesto)
-Buenas Tardes... quiero ser una marsopa... ¿cómo puedo empezar a serlo?
-Buenas tardes! Como ser una Marsopa?.. y podría empezar leyendo… ¿algún autor que te guste?, ¿Tipo de libro?...
-¿Tipo de Libro? no entiendo... a mi me gusta leer libros pero, tengo que ver si están los resultados (o sea última hoja) con el resultado y ver si llego con mis métodos a ese resultado...
- ¿última hoja? pero no hay libros así.
- no importa (dice sin comprender, o mejor dicho comprendiendo que no entendía del libro que decía y acostumbrada a leer) usted deme un libro con el cual empezar le pide.
- Bueno, mejor que empieces con un clásico (dice tratando de entender lo de la última hoja)
- gracias! muchas gracias! (muy contenta la cusi-marsopa)
Poco a poco iría descubriendo que el arte de ser Marsopa era muy difícil, ya que en su hogar no se compartía el arte de ser Marsopa como así tampoco en el trabajo y el estudio no se lo permitía. Un día sentada en el colectivo la cuasi-Marsopa saca el libro que gentilmente le recomendó el puestero y empieza a leer tratando de no hacer lo que siempre hace con todos los libros que había leído la marsopa. Siendo así, empieza por el la primera hoja, y prosigue con la segunda, la tercera, la cuarta.... cansada de leer no lo soporta más y lee la ultima página y lee el titulo: Romeo y Julieta (suspira) y cierra el libro que gentilmente le recomendó el puestero.
Un día la cuasi-Marsopa se acerca al puestero:
- Buenas Tardes.
- Buenas Tardes, viene a buscar otro libro para ser Marsopa, ¿le recomiendo otro?
- Vengo a buscar otro libro, pero esta vez elegiré yo, a mi método de la última hoja.
- ¿la última hoja?
- si, mi método... por cierto, le devuelvo el libro que me recomendó ya que no lo termine y no lo seguiré, si gusta puede dárselo a otra persona que quiera ser marsopa.
- (cara de atónito)
La cuasi-Marsopa empezó a buscar libro por libro, a leer las últimas hojas de cada libro encontrando frases como: "y así concluyo", "y todo termino"," y finalmente termino", "colorín colorado" cansada la cuasi-marsopa de buscar y buscar encuentra un libro que la ultima hoja dice:
-Esperá que termine el pitillo.
(-123)
y pregunta a que se debe eso, y el puestero dice que es un libro en el cual no tiene ni principio ni fin. La Marsopa lo asocia rápidamente con los números y no comprende, y vuelve a preguntar y escucha la misma respuesta...
No se sabe si es o no una Marsopa, pero lo que se sabe es que no volverá a leer Romeo y Julieta, y que sigue con su método de escoger los libros.
Gianine
martes, 8 de julio de 2008
Historias de marsopas

Triste va decepcionada, triste va en contramano. Sabe que otra vez se ha engañado, que todo es una fantasía, que el amor no existe. Llorando llega hasta la plaza, se para sobre un banquito y grita indignada "otra vez sopa!!". Llorando la encuentra la mangosta sabia, la observa a través de su lupa, porque sabe que todo depende del cristal con que se mira, le da un masaje en los pies y sin mucho preámbulo le dice "a llorar a la iglesia".
Como quizás es domingo, la marsopa sigue consejos, guiada por las campanadas llega a tiempo para la misa de las 08:93. Entra a la iglesia, sobre el altar hay un hombre que dicen que cura, supone que debe ser el enfermero, la marsopa (que no cree en la medicina moderna) lo mira con desconfianza pero se acerca a él, lo abraza y llora 3 minutos como es debido.
Enfermero - No te preocupes marsopa, Dios te ama- le dice mientras le muerde la oreja.
Marsopa - En serio??? y yo que pensé que nadie se iba a fijar en mi... dónde puedo encontrarlo? - pregunta más feliz que cuando se puso el sombrero rojo.
Enfermero - Éste es su hogar, golpea aquella puerta, esta descansando porque es domingo, pero quizás te atienda - le dice mientras le pellizca la panza.
Marsopa - Gracias!!!! y yo que no creía en al medicina!!! - repite 18 veces mientras se aleja riendo - glu, glu, glu.
La marsopa nerviosa frente a la puerta piensa que Dios es perfecto, el amor de su vida, Dios Todopoderoso, todo de todo. Toma valor y un poco de vino de una copa que estaba en el altar, golpea la puerta, Dios abre, la reconoce al instante por el sombrero rojo.
Dios - Te estaba esperando, y el que espera desespera - le dice mientras la mira con dulzura.
Marsopa - Si, lo sé, gracias a Dios que te encontré - le dice mientras lo mira con amargura.
Se besan, se tocan, se muerden, se rozan, se lamen, se hacen el amor, se deshacen...
Feliz la marsopa queda embarazada, feliz Dios tendrá un hijo que no es del espíritu santo... a demás vivieron felices y comieron perdices, pero esa es otra historia.
Florencia Martucci, La Reya Destronable
viernes, 4 de julio de 2008
EL MARCO?

Me tome el atrevimiento de marcar con rojo las letras desordenas de la palabra MARCELO y MARSELO para ver si tiene algún sentido… no! creo que no lo tiene.
Me confunden con Marcelo por colarme, pero no por parecernos como alguien le marcó, es por eso mas que nada mi reclamo, si sabes como me llamo por favor deciseló. Que al hablar a provocado que me aterre, mientras se come la R al comerla se escucho.-conoces a Macelo?
No se si me confunden con ese Marcelo o Marselo con “eSe”, se que no, pero si fuese, tendría gran confusión.
Me confunden con marselo, usted verá, mi desconsuelo, una M lo será, o será broma, pues también puede ser loma. Luego una L es amor y otra L es roma, o Venecia a lo mejor, gondolero del amor cuando al sol rema, hasta el alma se nos quema como un palo, me confunden con Marselo por ser malo.
I AM LOSER.
Me confunden con Marcelo por colarme, pero no por parecernos como alguien le marcó, es por eso mas que nada mi reclamo, si sabes como me llamo por favor deciseló. Que al hablar a provocado que me aterre, mientras se come la R al comerla se escucho.-conoces a Macelo?
No se si me confunden con ese Marcelo o Marselo con “eSe”, se que no, pero si fuese, tendría gran confusión.
Me confunden con marselo, usted verá, mi desconsuelo, una M lo será, o será broma, pues también puede ser loma. Luego una L es amor y otra L es roma, o Venecia a lo mejor, gondolero del amor cuando al sol rema, hasta el alma se nos quema como un palo, me confunden con Marselo por ser malo.
I AM LOSER.
falto de identidad y totalmente confundido, sonrio! el mas imaginario de los amantes.
miércoles, 2 de julio de 2008

Y ahí apareces vos,
como la canción que te dibuja en mi cabeza,
como una mano que pinta un cielo de estrellas,
como el puente que se construye mientras nos besamos
(cómo nos besamos, cada vez más, cada vez mejor, en ventanas en las que el tiempo pasa rapidísimo)
Total parcial,
total general,
no hacen diferencia.
Sólo me interesa saber, y bien se quejaba Oliveira, que este puente no se sostiene de un solo lado, sino de los dos.
Agus.-
Posteando un día tarde!
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