martes, 8 de julio de 2008

Historias de marsopas

Una marsopa se despierta un lunes y sabe que hoy encontrará al amor de su vida. Feliz se pone un sombrero rojo para que él la reconozca, feliz sale de su casa sin perder tiempo. Busca señales de amor, las sigue todas, cede el paso, hace un giro obligatorio, lo busca, lo busca, pero no lo encuentra.
Triste va decepcionada, triste va en contramano. Sabe que otra vez se ha engañado, que todo es una fantasía, que el amor no existe. Llorando llega hasta la plaza, se para sobre un banquito y grita indignada "otra vez sopa!!". Llorando la encuentra la mangosta sabia, la observa a través de su lupa, porque sabe que todo depende del cristal con que se mira, le da un masaje en los pies y sin mucho preámbulo le dice "a llorar a la iglesia".
Como quizás es domingo, la marsopa sigue consejos, guiada por las campanadas llega a tiempo para la misa de las 08:93. Entra a la iglesia, sobre el altar hay un hombre que dicen que cura, supone que debe ser el enfermero, la marsopa (que no cree en la medicina moderna) lo mira con desconfianza pero se acerca a él, lo abraza y llora 3 minutos como es debido.

Enfermero - No te preocupes marsopa, Dios te ama- le dice mientras le muerde la oreja.
Marsopa - En serio??? y yo que pensé que nadie se iba a fijar en mi... dónde puedo encontrarlo? - pregunta más feliz que cuando se puso el sombrero rojo.
Enfermero - Éste es su hogar, golpea aquella puerta, esta descansando porque es domingo, pero quizás te atienda - le dice mientras le pellizca la panza.
Marsopa - Gracias!!!! y yo que no creía en al medicina!!! - repite 18 veces mientras se aleja riendo - glu, glu, glu.

La marsopa nerviosa frente a la puerta piensa que Dios es perfecto, el amor de su vida, Dios Todopoderoso, todo de todo. Toma valor y un poco de vino de una copa que estaba en el altar, golpea la puerta, Dios abre, la reconoce al instante por el sombrero rojo.

Dios - Te estaba esperando, y el que espera desespera - le dice mientras la mira con dulzura.
Marsopa - Si, lo sé, gracias a Dios que te encontré - le dice mientras lo mira con amargura.

Se besan, se tocan, se muerden, se rozan, se lamen, se hacen el amor, se deshacen...

Feliz la marsopa queda embarazada, feliz Dios tendrá un hijo que no es del espíritu santo... a demás vivieron felices y comieron perdices, pero esa es otra historia.


Florencia Martucci, La Reya Destronable

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encantan las historias de Marsopas!! =)


ahora no entiendo eso de que se elimino un comentario u_u


Más historias de Marsopas! (y de famas-¿?)


Saludos!

lola** dijo...

reya...hacerle el amor a Dios? que cosas dice... aunque encuentro cierta analogia que estoy segura podremos chusmear...
Me encanto esa marsopa colgada enamorada del amor que escribe y sueña mientras busca su sombrero rojo.

reya, reya, reya, reya, reya, etc

DD. dijo...

jajajajajajajaja dios?
el turro me engaña con una marsopa!


ah no, cierto q soy atea jajaj
bueno, pero digamos q quienes esta en nuestro (L) sería una especie de dios para nosotros... una persona a quien rendirle culto (?)



DD.

Anónimo dijo...

como ateos? politeistas!!! tenemos Dios y Diosa...

Gonzalo dijo...

Eso de politeista está en mi legajo marsopo! Pero quienes son el Dios y la Diosa? Tenemos reye y reya, princesa y hasta un "elegido", pero dioses marsopos? Desde cuando?

Me voy conjurando mis consabidas palabras mágicas:

xfnimm!!!

Anónimo dijo...

JAJAJAJA!

q mujer resultaste ser! jajaja! gracias por ponerle risas a mi tarde de pink floyd y angustias sin sentido!


Atte. Manuel.!

Anónimo dijo...

En un Dios así yo sí podría creer, aunque me gustaría mucho más que fuera Diosa y que brinde el mismo trato a los Marsopos.
Me gustó mucho esta nueva historia que nos permite ir conociendo más sobre las marsopas, también me gustó el comentario de DD., creo que dio en el clavo.
¿Se ha fijado usted mi Reya que la princesa ya comienza a imitar sus pasos? Y encima lo hace muy bien, yo le diría que se cuide porque me parece que en cualquier momento la bajan del trono, jeje.

Besos