miércoles, 11 de junio de 2008

Exámenes


El tema que nos compete en el día de hoy son los finales. Esa famosa instancia evaluatoria que TODOS conocemos (en especial por estas fechas) . Por más que seas un nerd o alguien que sabe copiarse muy bien, nadie está excento de presentarse ante una mesa evaluadora ya que varias materias tienen el famoso y no por eso menos insultado, “final obligatorio”. Varias veces me he sorprendido cavilando, mientras saboreaba un Nesquik acompañado de galletitas con forma de animalitos, acerca de la conveniencia o no de esta modalidad. No niego que, para decirlo en un lenguaje académico, me rompe soberanamente las pelotas tener que rendir un final luego de haber realizado una buena cursada, pero a veces pienso que es útil, que te permite tener una visión mas comprensiva de toda la materia. Si puteenme y acuérdense de mi pobre madre.
Pero no se apresuren porque me queda algo por decir en contra de los finales.


¿Hasta que punto es justo que un tipo en 6 preguntas evalúe todo tu desempeño en la materia?


Más cuando por reglamento el que te evalúa no puede ser tu profesor, por ende no conoce si participaste, si fuiste todas las clases, si ibas con las lecturas o simplemente te dedicabas a pegar mocos debajo del banco y a chamullarte compañeras.


Por otro lado cuando todos los años vemos que se acerca diciembre, empezamos (en el mejor de los casos) a planificar que vamos a (intentar) rendir, que final vamos a patear (por enésima vez) para después de las vacaciones y sobre todo, el pedo que nos vamos a agarrar para las fiestas. La planificación depende de que materia sea la que vayas a rendir. Particularmente prefiero rendir enseguida, tenés todo más fresco. Si dejás pasar un tiempo, después retomar esos apuntes te cuesta un huevo. Ahora no sé porque si prefiero hacer eso, siempre hago lo contrario. En fin.


Siguiendo con la planificación, casi siempre nunca se cumple. Si tenemos que empezar un lunes, comenzamos un martes, ya bastante bajón es el lunes como comienzo de la semana como para agregarle empezar a estudiar para un final. Y si el martes tenemos un cumpleaños lo dejamos para el miércoles. Pero el miércoles el cine está a mitad de precio, así que lo dejamos para el jueves. Pero el jueves es día de trampa, sale el alter office, entonces el viernes arrancamos. Y el viernes…………es viernes!!! La cuestión es que siempre tenemos una excusa, siempre hay algo mejor que hacer que sentarse (por no decir “pegar el culo en la silla”. No quiero que las señoras paquetas se me horroricen por mi lenguaje soez) frente a los apuntes. Eso hace que se nos venga la fecha encima y empecemos a descartar textos. “Este no lo va a tomar, apenas lo vimos en clase”; “a este nos los dio para que le leamos por nuestra cuenta, así que muy importante no debe ser”. Pensamientos como esos inundan nuestra mente a montones, todo sea por acomodar la planificación (que dejó de serla hace rato) a los días que nos quedan (esos días que se escurren como agua entre los dedos cada vez que la fecha del DIA D (mierda) se acerca). Si estamos muy presionados, en lugar de textos empezamos a eliminar unidades enteras. Ya a esa altura la desesperación es muy grande, empezamos a alucinar cosas producto de todos los químicos (llámese café, cigarillos, ansioliticos, poxiran, gomitas yumi entre otros) que ingerimos para mantener la calma y la vigilia. Empezamos a ver que las letras de los apuntes se nos enciman, que nos suena el celular y nos avisan que el final se suspendió, que Cristina es presidenta………….La cuestión es que nos presentemos habiendo leído bien dos textos de Marx y obviamente, la infaltable guitarra acústica en la mano.


Llegado al matadero (más conocida como la facultad) hay que pensar que estrategia elegir: si rendir enseguida o extorsionar al profesor diciéndole que tenemos secuestrada a su familia y que si no nos aprueba la hacemos boleta. En caso de no poder contar con una banda de delincuentes que nos proporcione la segunda opción en ese caso tenemos otras opciones: o rendir primero (ventaja: si hay mucha gente el profesor te despacha rápido, al ser el inicio de la jornada el profesor generalmente se encuentra de buen humor y es más “chamuyable”; desventaja: al ser de los primeros no sabés para donde puede salir y que te puede llegar a preguntar) o rendir sobre el final (ventaja: el tipo está cansado, se quiere ir a la mierda, te pregunta dos boludeces y te aprueba, ya sabés todas las preguntas que hizo y sabés lo que toma; desventaja: al estar cansado y podrido de escuchar siempre lo mismo está más irritable y te puede preguntar algo que hasta ese momento no había preguntado. Todo sea por escuchar algo nuevo).


Sea cual sea la decisión que hayamos tomado, hasta que esperamos la llegada de los profesores (y en el caso de llegar tarde, hasta que esperás tu turno) te buscas un asiento (esto puede llegar a ser una odisea en el caso de que se busque uno sano) y te ponés a repasar. Ahí te das cuenta que progresivamente te vas olvidando de lo (poco) que estudiaste. Y como si fuera poco, empezás a escuchar a los otros “sentenciados” repasar y no sólo te percatás de que todos estudiaron más que vos, sino que además nombran y definen conceptos que pasaste olímpicamente por alto. A esta altura el nivel de terror llega a sus niveles máximos y empezás a contemplar las posibilidades en el caso de que te vaya mal: A) se te vence y la recursás; B) intentás rendir en la fecha de febrero pero ahí sí, estudiando bien (aunque TODOS sabemos que se va a repetir la misma historia); C) Te cambias de carrera; D) Buscás asilo político en Turkmenistán; E) Te tirás abajo del tren.


El tramo final de la odisea llega al momento de rendir. Hasta ahora estoy invicto en finales, nunca me bocharon, aunque he vivido los dos extremos. En el final de Historia I me había estudiado la vida, encerrado durante casi dos meses. Cometí el error de decir que no había leído un texto porque tenía entendido que no entraba (algo que debe saber toda persona que rinde un final es que la frase “no lo leí” debe ser erradicada de nuestro vocabulario. Siempre se dice “no lo recuerdo” y todas sus variables. Pero sepan entender, fue mi primer final) y me terminaron poniendo un 6. En el otro extremo, el Seminario de Informática y Sociedad. No iba a rendir, no había estudiado nada, pero fui a hacerle el aguante a una amiga que se recibía con ese final. Cuando llego me desayuno que me habían anotado para rendir. Después de acordarme de toda su familia, en vano intenté repasar lo que no había estudiado en 2 meses. Tuve la suerte de que al ser tantos, desdoblaran la mesa y me pasaran para el otro día. Igualmente no aprecie esa ayuda divina y al otro día fui tan en pelotas como estaba. Esa jornada supe que la venta de mi alma al diablo no fue en vano, ya que logré obtener un promocionable 4, teniendo mal el tema que había preparado y contestando mal las 4 preguntas que me hizo el profesor.


Obviamente cuando promocionamos somos unos grosos y cuando nos va para el orto nos tocó un profe hijo de puta que nos paseó por todo el programa. Nunca la culpa es nuestra. Así debe ser. Somos argentinos.
SparklingDarkEyes

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No me hagas acordar que debo tres finales y recurso una materia por elegir la opción A. No mejor, no hablo de finales!!!


lsdakjsdpBesoteskcfjdaflkj

Paztito dijo...

Nota aclaratoria al principio: este sabado a la mañana estoy rindiendo Comunicación I, pero estoy sentada acá.

Ahora más simplemente...
ME SIENTO TAN IDENTIFICADA xD
Igual hay que tomarlo como toda una aventura, uno nunca sabe cuando podes terminar promocionando una materia habiendo leido todo un día antes y cuando podes terminar en final, o yendo a la catastrofe, recursar.

En fin, genial post. Me voy a estudiar, dicen que ya todo esta perdido, pero a veces estos minutos lo salvan a uno.
[ Porque justo lees algo que de pura casualidad te toman... ]

Anónimo dijo...

Ayyyyyyyyy
me va a agarrar un colapso nervioso!
Odio los finales! ARGHHHHRTYUGKIIIIIII

Ya tengo uno seguro y otro en puerta...
Diantres!!!!

Anónimo dijo...

Jajajaja, me hiciste reír mucho, muy bueno. Sobre todo porque uno sabe que todo eso es verdad, no es más que la pura realidad.

Un abrazo